viernes, 9 de agosto de 2013

Asesinos en Serie: Ted Bundy


Theodore Robert Cowell Bundy

alias "El Asesino de Estudiantes"



Ted Bundy nace en Burlington, Vermont, el 24 de noviembre de 1946 y es sentenciado a pena de muerte (silla eléctrica) en Florida, el 24 de enero de 1989. Fue un asesino en serie estadounidense, autor de mas de 30 asesinatos que sentenciaron su ejecución en la silla eléctrica. Es conocido por sus sanguinarios crímenes y su alarmante cantidad de delitos.


La aparición de sus primeros rasgos psicopáticos se produce en su juventud. Una vez recluido confesó que espiaba a las chicas cambiarse de ropa, es decir, verlas desnudas, poco después comenzó a interesarse en la pornografía, leer revistas, pero más tarde a leer textos en los que la violencia ahoga al hecho sexual. Esto alimentó sus fantasías, por eso, el 4 de enero de 1974, Bundy entró al cuarto de Joni Lenz, de 18 años y estudiante de universidad. La golpeó con una palanca metálica, inclusive removió una pieza de la cama de la víctima y la agredió sexualmente con la misma. Al día siguiente, la mujer fue encontrada en un charco de su propia sangre. Sobrevivió pero con daño cerebral permanente. La siguiente fue Lynda Ann Healy, de 21 años, estudiante de psicología en la Universidad de Washington. El 31 de enero de 1974, Bundy logró colarse a su dormitorio y la golpeó dejándola inconsciente. La vistió para luego envolverla en una sábana. Sus restos decapitados fueron hallados un año después en las montañas cercanas.

Durante la primavera y verano de 1974, bajo similares circunstancias, siguieron desapareciendo jovencitas universitarias. Todas ellas eran mujeres atractivas, de cabello a los hombros, lacio y de color oscuro. Igualmente, su desaparición fue descubierta por las mañanas, cuando se ausentaban de sus labores cotidianas. Al menos 8 víctimas se contabilizaron hasta que Bundy atacó a plena luz del día. Mientras tanto la policía comenzó la investigación; los testimonios apuntaban hacia un hombre a quien se identificaba por "Ted", que solicitaba la ayuda de jovencitas que veía pasar. Se le veía en apuros cargando libros, pues traía un brazo enyesado o con un cabestrillo. Otras veces también se le vio en problemas para echar a andar su Volkswagen. En otras ocasiones fue visto merodear el sitio donde habían desaparecido dos muchachas, así que la policía ya tenía varias pistas de quien podría ser el responsable de los crímenes.



Bundy contaba con una ventaja sobre la policía, pues su aspecto podía cambiar enormemente con sólo ajustar el estilo de peinado y por dejarse crecer o rasurarse la barba. Sus rasgos físicos lo hacían un hombre bien parecido, pero que no llamaba demasiado la atención, por lo que era muy difícil seguirle la pista. Así fue que cambió de residencia para seguir con los asesinatos y se fue a Midvale, Utah, donde el 30 de agosto se matriculó como estudiante del University of Utah College of Law.


El 8 de noviembre de 1974, la policía consiguió, por fin, un testigo capaz de ponerles sobre la pista del asesino. Carol DaRonch, de 18 años, declaró que esa tarde un hombre atractivo se se le había acercado en la librería aldens Books de Utah. El extraño, tras identificarse como el oficial Roseland, le había dicho que había visto a alguien tratando de robar su coche y le había pedido que lo acompañara al aparcamiento para averiguar si habían robado algo. Carol pensó que el hombre era un guardia de seguridad del almacén, así que le siguió y cuando llegaron al coche le comunico que todo estaba en orden y no faltaba nada. El hombre insistió en acompañarla a la estación de policía para interponer la denuncia contra el supuesto criminal. Cuando la acompañaba hacia su coche, un Volkswagen de color azul pálido, ella percibió un cierto olor a alcohol en su aliento, lo que le hizo sospechar, así que le pidió su identificación. Él, mientras se reía, le enseñó rápidamente algo parecido a una credencial y la convenció de subir al coche. Inmediatamente se puso en marcha a toda prisa y le indicó que se pusiera el cinturón de seguridad a lo cual ella se negó con la intención de saltar del coche a la primera oportunidad, pero iban demasiado rápido y definitivamente no se encaminaban a la comisaría. Repentinamente el extraño detuvo el vehículo e intentó esposarla, Carol luchó y como resultado ambas esposas terminaron colocadas en la misma muñeca. Ella grito por su vida, el hombre saco una pistola de pequeño calibre y amenazo con matarla si no se callaba. Carol forcejeó, le golpeó en la cara y saltó del coche. Pronto lo vio venir con una barreta en la mano. En el forcejeo que siguió a aquello, Carol luchó logrando golpearle en los genitales con el pie y huir, gritando aterrorizada, hacia el camino donde fue encontrada por una pareja de ancianos que inmediatamente la acompañaron a la policía.


Las pruebas contra Bundy eran ya inobjetables; se le detuvo debido a que los oficiales de camino, en cada condado son conocedores de todos los vecinos y ponen mucha atención en los coches que no conocen. La noche del 16 de agosto de 1975, en una carretera de Utah, un patrullero en servicio vio un Volkswagen que le pareció sospechoso, puso las luces largas para mirar mejor el número de su placa, momento en el que el conductor del Volkswagen comenzó a acelerar, dándose a la huida. El sargento Bob Hayward solicitó la ayuda de otras unidades y el Volkswagen fue detenido poco después. En las primeras inspecciones fueron halladas la palanca de metal (arma predilecta de Bundy), esposas, cinta y otros objetos que hicieron sospechar inmediatamente del detenido. La evidencia hallada fue ligada paulatinamente a la desaparición de otras mujeres (Melissa Smith, Laura Aime y Debby Kent) y gracias a la colaboración de la directora del teatro de la escuela por la que merodeaba Bundy y de Carol DaRonch, la identificación de Bundy fue corroborada policialmente. La policía supo que tenía en su poder al sujeto indicado y comenzó la investigación a gran escala del hombre identificado como Theodore Robert Bundy.


El 14 de enero de 1977, Arkansas, el edificio de la fraternidad Chi Omega estuvo semivacío, pues la mayoría de las ocupantes estuvieron de fiesta o en salones de baile aprovechando que esa noche no había toque de queda. A las 3 a.m. el novio de Nita Neary la dejó a la puerta de la fraternidad y la chica notó que la puerta esta abierta. Tan pronto entró al edificio escuchó actividad y pasos de alguien corriendo en el piso de arriba e inmediatamente el sonido se acercó a las escaleras. Consiguió esconderse y observó bajar y salir del edificio a un hombre que llevaba una gorra tejida de color azul, y en el brazo lo que parecía una carpeta envuelta en un trapo. Pensó que alguien había asaltado la fraternidad, así que buscó a su compañera de habitación Nancy y sin saber qué hacer, fueron en busca de la encargada del edificio. No tardaron en toparse con otra compañera llamada Karen, quien se tambaleaba por el pasillo, herida y con la cabeza cubierta de sangre. Pronto descubrieron otra muchacha más, gravemente herida. Aquella noche Bundy efectuó uno de sus ataques más terribles, por la saña y número de víctimas; la policía encontró el cadáver de Lisa Levy a quien golpeó en la cabeza, violó y que casi de una mordida le desprendió un pezón del pecho. Además insertó en su vagina una lata de spray para el cabello. Mas tarde, este ataque a Lisa Levy resultó de crucial importancia en el destino de Bundy.

La última víctima de Ted Bundy fue Kimberly Leach, de 12 años, que fue secuestrada el 9 de febrero de 1978 en Lake City, Florida. El único testigo del acontecimiento fue una amiga suya de nombre Priscila, quien la vio subir en la camioneta de un hombre, pero no pudo aportar mayores datos del vehículo. El cuerpo de la niña fue hallado 8 semanas más tarde en Florida, dado el avanzado estado de descomposición del mismo, no dio ninguna pista significativa sobre el atacante.

En diciembre de 1987, Bundy fue examinado durante siete horas por Dorothy Otnow Lewis, profesora de la New York University Medical Center. Lewis lo diagnosticó como un maníaco-depresivo cuyos delitos ocurrían normalmente durante los episodios depresivos. Bundy le explicó con detalle su infancia, en especial su relación con sus abuelos maternos, Samuel y Eleanor Cowell. Según Bundy, su abuelo Samuel Cowell era un diácono de su iglesia. La descripción estableció a su abuelo como un tirano abusador, Bundy lo describió como un racista que odiaba a los negros, los italianos, los católicos y los judíos. Además, declaró que su abuelo torturaba animales, golpeando al perro de la familia y maltratando los gatos de los vecinos. También le dijo a Lewis que su abuelo mantenía una gran colección de pornografía en su invernadero, donde, según sus familiares, Bundy y un primo se colaban a mirar durante horas. También dijo que Samuel Cowell montó en rabia violenta cuando el tema del padre del muchacho era tocado por familiares que solían expresar escepticismo ante la historia que daba. Bundy describió a su abuela como una mujer tímida y obediente, que ingresaba de forma esporádica a los hospitales para someterse a tratamiento por depresión. Hacia el final de su vida, Bundy dijo que se convirtió en agorafóbico.

Julia, la tía de Bundy, recordó un incidente perturbador que tuvo con su joven sobrino. Después de recostarse para tomar una siesta; Julia se despertó rodeada de cuchillos de cocina de la familia Cowell. El pequeño Ted, de tan sólo tres años de edad, estaba al pie de la cama sonriéndole. 

Bundy usó tarjetas de crédito robadas para comprar más de 30 pares de calcetines, mientras se escondió en la Florida. Él mismo se consideraba como fetichista de los pies.

Fue detenido y el 24 de enero de 1989, a las 7:04 p.m. Theodore Robert Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica. Según se reporta, tuvieron que sacar a Bundy de su celda por la fuerza. Fuera de la cárcel numerosas personas esperaron la noticia y cuando el vocero de la institución declaró la muerte de Bundy se escucharon vítores y aplausos, incluso hasta fuegos artificiales fueron lanzados. Momentos después sale una carroza funeraria camino al crematorio. Al pasar, la multitud aplaude.




"Somos Lobos Somos Grandes"

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